Trabajo en equipo en distintos módulos, desarrollo de pensamiento crítico, resolución de problemas y conocer las distintas instalaciones fueron parte de las actividades que la academia de robótica “Seymour Papert” realizó durante la jornada en la casa de estudios.

Poder conocer de primera mano el funcionamiento de una cortadora laser e impresoras 3D fueron algunos de los procesos que los estudiantes de Escuela Río Blanco, unidad educativa perteneciente a la red DAEM de Los Andes, pudieron experimentar a lo largo de su visita a la Universidad de Valparaíso, con motivo de la pasantía a la cual se postuló a inicios del presente año.

En la academia de robótica “Seymour Papert”, que lleva el nombre del importante matemático sudafricano pionero en inteligencia artificial, participan estudiantes desde 4° a 8° básico, esto no es casualidad, así explica el docente a cargo, Rodrigo Maureira.

 

“Me he sorprendido con los niños 4° básico, son muy ingeniosos y tienen una creatividad enorme. Decidimos bajar la edad de participación porque creemos que la idea es formar desde la base, desde los más pequeños. La programación con la que trabajamos es en bloque, entonces es una relación intuitiva, manejable y los niños van resolviendo problemas en torno a estos bloques. La idea es desarrollar la programación y el modelamiento matemático desde pequeños”.

Por otro lado, la experiencia de poder conocer entornos de trabajo avanzados en el ambiente de la educación superior, muestra una imagen clara a los más pequeños en relación a las habilidades necesarias para innovar en distintas áreas del conocimiento, siempre considerando la transversalidad en torno a la utilidad de la robótica tanto en asignaturas como la ciencia y las matemáticas o el aprendizaje de otros idiomas como el inglés.

 

“La enseñanza de la robótica en las escuelas ha tomado fuerza porque desarrolla el pensamiento lógico y eso ayuda a cualquier persona sin importar la carrera u oficio que quieran ser en su vida futura. Por eso es importante y por eso ha tenido tan buena acogida, porque ayuda a tomar decisiones de cualquier tipo de forma pensada y no impulsiva” señala Tomás Gómez, administrador del FABLAB de la Universidad de Valparaíso.