Trabajo conjunto entre el Centro de Estudios Avanzados -CEA- de la Universidad y el establecimiento educacional andino.

Alumnos de la Escuela Río Blanco de Los Andes protagonizaron una demostración práctica de programación aplicada a la robótica, frente a docentes e investigadores del área de educación del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad de Playa Ancha, en Viña del Mar.

La actividad, denominada “Veamos lo que nos dice un grupo de escolares y su profesor para programar un robot, ¿se atreven a programar uno? Estuvo encabezada por Miguel Rodríguez, investigador del CEA y doctor en didáctica de la matemática, en trabajo conjunto con el docente de Escuela Río Blanco, Rodrigo Maureira. Frente a la audiencia, donde también asistieron padres y apoderados andinos, los escolares hicieron muestra de lo que provoca la robótica en ellos, desarrollando capacidades de exponer, comunicar y explicar, además de resolver problemas.

Miguel Rodríguez, investigador del CEA de la UPLA, señaló que este trabajo conjunto se viene desarrollando hace cerca de un año y medio. “En un seminario generalmente los expertos dan charlas, ahora hemos querido invertir eso y quienes dan charlas son los propios estudiantes que han aquilatado un conocimiento de robótica, los asistentes estuvieron expectantes para saber qué hacen estos jóvenes y qué podemos aprender de ellos”, sostuvo.

En un comienzo se les vio algo nerviosos al dirigirse a los asistentes, pero luego los estudiantes de la academia de robótica de Escuela Río Blanco tomaron confianza de sus conocimientos. Alfonso Aguayo pasó a octavo básico, dijo: “La experiencia fue buena, divertida, pudimos aprender cosas que otros niños no tienen la oportunidad de saber. Me gustaría que esto se repitiera en otros colegios, nosotros tenemos la dicha de poder venir hasta acá desde Los Andes y mostrarle a estas personas lo que es programar”.

Andrea Aguayo, quien pasó a sexto básico llegó en 2019 a la academia: “quería aprender esto, notaba que era muy avanzado y cuando aprendí me puse alegre de saber cosas. Ha sido muy productivo”. En tanto Mateo Aranda, quien está en la academia desde hace dos años agregó: “Yo soy el constructor y paso horas armando porque mi pasión son los Lego, esto es divertido. No todos los niños tienen la oportunidad de viajar a universidades como esta y hay que aprovechar las oportunidades”.

La robótica ha sido clave en el proceso formativo de los niños, estimulando su capacidad creativa, aportando en la forma de pensar de los estudiantes no solo al momento de enfrentarse al pensamiento matemático. Rodrigo Maureira profesor Escuela Río Blanco, señala: “Hemos participado en otros eventos, aparte de ser una bonita y entretenida experiencia para ellos es significativa porque descubren que ellos pueden exponer cosas, sus ideas, mostrar lo que ellos hacen y lo que saben”.

La actividad culminó con la entrega de certificados para cada uno de los jóvenes participantes de la jornada que se desarrolló en el salón Atenea de la sede de la casa de estudios ubicada en Viña del Mar.