Establecimiento busca visibilizar esta condición gracias al trabajo mancomunado que involucra a la totalidad de su comunidad educativa

El 7 de junio se conmemora internacionalmente el día del síndrome de Tourette, jornada que busca dar a conocer este trastorno neuropsiquiátrico. La Escuela Ignacio Carrera Pinto no estuvo fuera de esta efeméride y esto no es casualidad, ya que para el plantel dependiente de la red DAEM de Los Andes, esta fecha cobra un especial sentido.

Sebastián Ortiz cursa 6° básico, llegó a la escuela en primero básico, sus profesores le reconocen como un estudiante inteligente y ordenado, tiene su grupo de amigos como todo niño y cuando grande quiere ser presidente de Chile, o en su defecto ingeniero. Desde los seis años se le diagnosticó con el síndrome de Tourette.

La condición mencionada es una afección cuyo origen no es determinado hasta la fecha, pero se presenta generalmente en la temprana infancia y se expresa como una serie de tics tanto motores como vocales, es decir, movimientos y sonidos repentinos. Hasta el presente, no existe un procedimiento quirúrgico efectivo para el síndrome.

Educando con amor

Buena parte de la vida de los estudiantes transcurre en las escuelas y liceos donde asisten a clases, es por ello que las unidades educativas representan no sólo un lugar de estudio y aprendizaje, sino un entorno donde se crean lazos afectivos.

Escuela Ignacio Carrera Pinto tiene como lema “Educando con amor desde 1928”, frase que representa una gran responsabilidad y compromiso real con su comunidad. Considerando la situación, Marisol Gálvez, directora del plantel tomó especial atención ante las necesidades educativas que representa el acoger a un estudiante con síndrome de Tourette. “Somos una escuela inclusiva. Partamos de esa base y cuando nos enteramos de esto, la psicóloga del establecimiento empezó a realizar talleres de sensibilización tanto a docentes, asistentes y con los alumnos. Para nosotros era algo nuevo y es por ello que empecé a buscar alianzas, primero que todo con sus padres, que ya estaban trabajando con la fundación “Amigos de Tourette Chile” todo esto siempre cuidando a nuestro estudiante”.

“Escuela Ignacio Carrera Pinto es familia. No se destaca sólo por ser una escuela que enseña, es un establecimiento que junto con educar apoya a los padres y donde voy siempre digo lo mismo,  que hay un apoyo a los papás y no lo digo sólo por este caso, sino que también hay otros niños con síndrome de asperger o síndrome de down y a todos se les da la oportunidad y la facilidad, a sus padres también para que se acerquen a la escuela. No hay una piedra de tope, a veces llego acá, está la directora y me atiende de inmediato”, afirma Sandra Ortega, apoderada y madre de Sebastián.

Seguridad, confianza y autoestima

Actos, presentaciones y charlas de sensibilización son herramientas valiosas al momento de visibilizar temáticas y crear una convivencia escolar sana y armoniosa, es en esta área donde el equipo del programa de Integración Escolar (PIE) aporta su grano de arena al esfuerzo que la comunidad educativa realiza en conjunto.

Alejandra Chaparro y Paula Morgado, coordinadora del programa y educadora diferencial respectivamente, comentan que una de las piezas clave para reafirmar el autoestima de los estudiantes, es dejar que sean ellos mismos, que interactúen y sobre todo que se valgan por sus propios medios  en distintos escenarios tanto a nivel académico como en su vida.

Junto a lo mencionado, la preocupación de la familia junto al apoyo de docentes, cuerpo técnico y directivo crean el ambiente propicio para una formación integral. Sebastián en su tiempo libre también practica disciplinas marciales como karate y jiu jitsu, que le permiten relajarse y tener control de sus tics, siendo esto la prueba que el compromiso y el trabajo en conjunto pueden lograr grandes cosas, y por qué no, quizás formar al próximo presidente de Chile.